2011 - The Dream Of The Magic Jongle
Tercera incursión sonora de este desconocido multinstrumentista y tampoco ningún crédito de sus dos colaboradores en violín y voz salvo la portada y arte gráfico interior de un tal Sam Del Russi. 11 cortes. 63 mtos nuevamente de música muy bien hecha y con el suficiente atractivo para los fans del género.
Nuevamente la temática trascendente entre la magia y la metafísica de trasfondo religioso aparece en los dibujos interiores y los títulos de las piezas. Prescindiendo de los mensajes, la poesía, la profundidad, el adoctrinamiento, el moralismo, la apertura de conciencia y los textos hippis de autoayuda, autoconocimiento, la auto masturbación mental y demás chorradas, nos centraremos en lo musical que es lo único que interesa.
La obertura campanera prepara el ambiente. Muy psych el inicio algo a lo Gong-Hillage y buenas voces. Reminiscencias canterbury se entrecruzan en una especie de fusión-space-rock con un sonido completamente 70´s. ritualista e invocador. Realmente bueno y excelente empleo instrumental rico en argumentos sonoros con interesantes conversaciones entre teclados y guitarra. “La búsqueda” es realmente una pieza cautivadora y me recuerda mucho a los discos de Tim Blake por su empleo en los sintetizadores. Al igual ocurre con “los secretos de tu mente” me parece estar oyendo la época más seria e interesante de los Gong. La escritura es compleja, los sonidos se psicodelia-fusión muy conseguidos. La escucha es muy agradable. En “los beneficios del mago” la liturgia de órgano catedralicio es un ejercicio notable que nos acerca al “The Three Fates” emersoniano. En “Listen to me” la guitarra junto con el lujurioso sinte y órgano nos lleva por caminos entretenidos y aquí los Gentle Giant quieren decirnos algo. Se nota claramente quienes han sido los héroes musicales de nuestro desconocido amigo. Miniaturas como “Stone to Flowers” o “Magicking” son puentes hacia mayores desarrollos. “El acertijo” es uno de los mejores momentos del disco con su adictiva rítmica sincopada, su feeling groove y su rápido juguetear con los teclados siempre en esa forma nerviosa de jazz fusión que ya caracteriza a este señor. Una forma de digitación en el moog que me recuerda bastante a los tiempos de Chick Corea con sus Return To Forever. Las influencias antes apuntadas también aparecen constantemente.
“El sueño y la premonición” se adentra en atmósfera cargada de humo porrero y el bajo se luce a gusto. Los días extraños y el final de los mismos terminan el programa y ahora se acuerda de Ian Anderson sin complejos y en esos primitivos Tull blues folkies que adorna de forma personal con sus lujuriosos sonidos de sintetizador. El largo epílogo entre sombras rituales y bendiciones se cruzan en el tema más pesado y aburrido del álbum. En los minutos finales la épica lo arregla un poco.
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