2019 - The Universe Also Collapses
Buenas noticias desde el Planeta Gong: resulta que GONG se ha publicado recientemente en Nuevo disco, el cual se titula “The Universe Also Collapses”. Esta publicación tuvo lugar exactamente en el día 10 de mayo pasado en formato de vinilo, por vía del sello Kscope. Este nuevo disco es un testimonio fehaciente y genuino de la persistente supervivencia y la consistente dinámica que GONG, como entidad musical, concreta a cada paso de su vida creativa. “The Universe Also Collapses” ha sido publicado en CD y en vinilo (tanto en color negro como en edición limitada de color rojo). Kavus Torabi, el designado líder por el propio Dævid Allen para mantener viva la llama de las hogueras sonoras y auroras espirituales del Planeta Gong, escribe todas las letras y, claro está, también se hace cargo del canto, las guitarras eléctricas y acústica, y el armonio. Completan el actual universo humano de GONG Dave Sturt [bajo, sintetizador y canto], Cheb Nettles [batería, píano, Theremin y canto], Fabio Golfetti [guitarra eléctrica, guitarra Glissando y canto] e Ian East [saxofones soprano, tenor y barítono , flauta y clarinete bajo]. Se trata exactamente de la misma alineación de “Rejoice! ¡Estoy muerto!" (2016), el primer disco que este paradigmático y drásticamente remodelado ensamble publicó tras la muerte de Dævid Allen. Pero no se trata solo de que Allen dirigiera en sus últimos meses de vida la obligada reestructuración de la banda para que tuviese vida propia tras su partida de este mundo terrenal, sino que los Sres. Toravi, Golfetti, East y Sturt ya eran elementos relevantes fuertemente creativos en “I See You” (2014), el último disco con Allen a la cabeza. Si “¡Regocíjate! ¡Estoy muerto!" fue el primer paso valiente en este periodo de nuevas aperturas prog-psicodélicas eclécticas sin los aportes compositivos de Allen, “The Universe Also Collapses” resulta ser la gesta de la validación definitiva de este mismo periodo. Hay notables aires de familia con los esquemas sonoros y atmósferas predominantes del disco precedente en el repertorio de este nuevo disco, pero también se nota un énfasis en el explayamiento en la reformulación de recursos y esquemas de la psicodelia de vieja escuela. De esta forma, el resultado se concreta en un disco donde lo reflexivo es la temática predominante en las letras y la mayor parte de los ambientes y encuadres instrumentales. Bueno, veamos cómo se traduce todo esto en los detalles de cada canción del disco.
Toda la primera mitad del álbum está ocupada por ‘Forever Reoccurring’, pieza que se extiende hacia una ambiciosa duración de más de 20 ½ minutos. Sus primeros instantes se prolongan a través de una flotante cadencia etérea minimalista elaborada por una confluencia de sintetizador, efectos glissando de guitarra y el eco envolvente de una nota de guitarra: con la irrupción de algunos cristalinos efectos de sintetizador y el inicio del canto, la zona sonora se encuadra poco a poco para lo que ha de ser el asentamiento del primer cuerpo central del bloque instrumental. Poco antes de pasar por la frontera del cuarto minuto y medio, la dupla rítmica entra a tallar con un compás de 15/8 inmersa en vibraciones jazzeras. El armazón musical gana en exquisitez mientras preserva su prestancia cósmica, y ya cuando el saxo y la guitarra solista entran a tallar, el momentum termina de armarse a fin de que el grupo pueda explorar genuinamente varias de las dimensiones enérgicas de su voz propia. Un ejercicio tremendamente efectivo de psicodelia progresivo muy leal a la tradición de GONG y, a la vez, consistente con el estado actual de la vanguardia rockera. Algunos estándares arquitectónicos de saxofón y guitarra impulsan recursos de renovada agilidad para las instancias finales de este interludio magnificado antes de pasar a una nueva sección serena. El swing es preciso y exuberante, posibilitando así que en un nuevo pasaje instrumental las cosas se vuelvan a intensificar dentro de un esquema regido por el pulso de la elegancia y el nervio de la sofisticación jazz-progresiva. De hecho, se puede decir que entre los minutos 13 y 15 ½ de ‘Forever Reocurring’ tenemos parte de la mejor labor del baterista en todo el disco. Poco antes de llegar a la frontera del decimosexto minuto llegamos al momento en que hay que armar la sección epilogar. Tras una breve fanfarria muy a lo Canterbury guiada por la tríada de las dos guitarras y el saxo, el ensamble vira hacia una labor de síntesis entre las atmósferas más etéreas y las más enérgicas, recreando buena parte del lirismo reinante en la sección precedente mientras agrega nuevas dosis de musculatura a los recursos enérgicos. Hay una sensación de sobria algarabía mientras las líneas de los vientos y las labores de las guitarras en los riffs y bases armónicas dirigen el camino hasta el golpe final. El ornamento sintetizado de los últimos segundos se siente travieso y entrañable a la vez. ¡Qué enorme inicio de disco!
Con sus poco más de 2 minutos de espacio, "If Never I'm And Ever You ’expone un dinamismo contagioso y llamativo sobre una ingeniería rítmica razonablemente compleja. Todo está muy bien orquestado en la manera en que el ensamble exhibe una compacta fraternidad en el manejo de las síncopas. Más que un tema simple más dentro del abundante catálogo de GONG, esta pieza ha sido una breve cátedra de cómo hacer música psicodélica con talante progresivo e inspiradas vibraciones jazz-rockeras. Qué tema tan bueno y qué pena que no dure más, pero así son las cosas y el terreno está ahora preparado para la emergencia de ‘My Sawtooth Wake’. Recibiendo el impacto de la prestancia vitalista de la pieza precedente pero dándole una vivacidad más directa, el jam inicial se proyecta hacia una luminosidad pintoresca alimentada por una gráfica rimbombancia. Para las partes cantadas, el ensamble se constriñe a fin de permitir que el mensaje explícito de la letra haga gala de su ceremonioso mensaje. Es en estos pasajes donde el grupo vuelve a lucir su refinada cohesión interna pues la sintonía exigida en momentos de constricción colectiva obliga a los músicos involucrados a fusionar sus mentes en una sola en busca de una sutileza unitaria. Las partes cantadas van cambiando de estructura melódica, siendo la quinta un poco más tensa que las otras en lo que se refiere a los ornamentos que emplea la batería para sustentar el swing en curso. Poco antes de llegar a la frontera del séptimo minuto y medio, el quinteto ya está presto a explorar y activar las
aristas más vigorosas del cuerpo central. Se nos viene el solo de saxofón más filudo y neurótico de todo el álbum, un pasaje particularmente notable dentro de una pieza cuya consigna es la de movilizar las sacudidas y los traqueteos más aguerridos del espíritu. Ya otras partes cantadas posteriores asumen un aire más dadaísta sin desatarse, pues todavía hay un predominio de la faceta sutil cuando interviene el canto. Para los pasajes finales, el vigor rockero se constriñe un poco y el bloque sonoro global asume un aura señorial irrefrenable. Los últimos 6 ¼ minutos del repertorio están ocupados por 'The Elemental', una canción que nos remite a paisajes musicales retro en su motivo principal, el cual sigue las pautas básicas de una canción pop-rockera psicodélica de fines de los 60s, añadiéndose algo de la magia saltarina de los dos primeros álbumes de GONG y la calidez melódica del primer disco de CARAVAN (por qué no, también algo del primer disco de SOFT MACHINE). Eso sí, las dos guitarras obtuvieron un empuje renovador al asunto, y cuando ellas entran en un duelo de refinados solos cerca del final, el gancho esencial de la canción recibe un colorido extra. Mientras el cántico conclusivo enfatiza repetidamente el impulso vitalista de que la única realidad es el momento actual ("Remember there is only NOW") el brío expresivo de la canción culmina con inapelable primor: efectividad máxima es la que produce ese golpe rotundo y esa palabra cortante en el momento final.
Con lo mostrado en “The Universe Also Collapses”, el colectivo vigente del planeta musical de GONG ha demostrado con creces que su misión sigue alentando nueva vida para la vanguardia rockera de nuestros días. Su llama creativa es el antídoto total contra cualquier tipo de colapso en nombre de una situación permanente de expansión. GONG siempre fue y seguirá siendo por siempre jamás una fuerza universal.
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